Desalojo en la plaza de Glories


Desalojados por fuera del cordón policial

Desalojados por fuera del cordón policial

En relación con el último artículo sobre gentrifiación, antes de ayer, el miércoles 11 de Marzo, me encontré por casualidad el desalojo de las últimas personas instaladas en las naves del antiguo Encants de Vells, en la plaza de Glories. Según los medios, unas 45 personas vivían en los pocos edificios que aún no habían sido derruidos durante la remodelación de la zona. Para la operación se realizó un gran despliegue, ya que en el lugar había hasta 7 furgonetas de la guardia urbana e incluso agentes a caballo. En la otra esquina pude ver también las furgonetas de la televisión catalana. Entre los guardias, que se mantenían en sus posiciones, había operarios de la obra que entraban y salían de la pequeña construcción con sus chalecos reflectantes.

Por lo que pude presenciar, la mayoría de los desalojados permanecían en los alrededores del cordón que la policía había instalado, donde habían acumulado sus pertenencias y otros materiales destinados a su venta. La mayoría eran inmigrantes subsaharianos, con una gran presencia de hombres jóvenes, aunque pude ver al menos dos familias con niños pequeños.

Pese a la aparente tranquilidad de la operación que destacaron ayer los medios, me llamó la atención ver a un pequeño grupo bastante enfadado y gritando a la policía, por lo que decidí acercarme a preguntar. Según las personas con las que hablé, pese a que sabían que el desalojo iba a ser inminente, no tenían constancia de que fuera a tener lugar exactamente ese día a primera hora. Sin embargo, su mayor enfado no era por el desalojo en sí, sino por la falta de tiempo para recoger sus cosas. Todos aseguraba que no les habían dado tiempo a vaciar el local y que la policía no parecía dispuesta a dejarles entrar de nuevo a por ellas. Los más exaltados gritaban que les estaban robando.

Los desalojados con las pertenencias que han podido salvar formando un pequeño mercadillo improvisado

Los desalojados con las pertenencias que han podido salvar formando un pequeño mercadillo improvisado

Según Europa Press, el desalojo comenzó a las 7:30 de la mañana, lo que coincide con lo que me comentó un chico de una ONG que estaba allí. Otros medios, como El País, añaden que los desalojados comenzaron a sacar sus cosas desde las 11 acumulándolas en los alrededores, lo que no se especifica es durante cuanto tiempo, ya que hay que tener en cuenta que muchos guardaban objetos pesados como bicicletas y muebles. Yo llegué a la zona a las 13, y desde luego a esa hora nadie estaba autorizado a volver a entrar. Algunos de los que no se encontraban dentro durante el desalojo se han quedado sin la posibilidad de poder entrar de nuevo al local ni de recoger sus cosas.

Como he dicho antes, la operación no les cogió del todo por sorpresa, ya que forma parte del progresivo desalojo de inmigrantes de la zona. Según el ayuntamiento, llevan tiempo ofreciéndoles ayudas como alojamiento provisional, manutención, atención social, jurídica, recursos para la formación e inserción sociolaboral. Varios de los desalojados fueron atendidos por los servicios médicos, aunque solo unos pocos han aceptado el alojamiento provisional. Según pude observar, algunos de ellos ya tenían otros lugares pensados para instalarse y otros discutían entre ellos buscado una solución. Como bien explica el abogado Andrés García Berrio en el artículo de El País, la mayoría de ellos no aceptan el alojamiento provisional, ya que al ser la venta de chatarra su único medio de subsistencia, necesitan un lugar donde guardar los materiales que recogen. Sin embargo en eldiario.com aseguran que el ayuntamiento les a ofrecido un solar para guardar sus pertenencias, eso sí, situado a 30 minutos de la ciudad (no sabemos si andando o en avión).

Dos jóvenes transeúntes atónitos ante la escena

Dos jóvenes transeúntes atónitos ante la escena

El miércoles la policía estuvo en la zona hasta tarde y durante la jornada de ayer y hoy varios vigilantes se ocupaban de que nadie accediera al lugar. Un grupo reducido de los desalojados siguen instalado en la parte de fuera del local, pegados al muro que da a la plaza de Glories. Hoy mismo he vuelto a hablar con algunos de ellos y me comentaban que todavía no les habían dejado entrar y que quedaban cosas dentro, además me afirmaron que seguirían ahí hasta encontrar otro lugar donde poder quedarse.

Este es otro de los resultados de la gentrificación de la que hablábamos el otro día y un ejemplo claro de la hipocresía de nuestra sociedad, que en vez de buscar una solución coherente este problema, tratan de esconder lo que no interesa, o al menos, mantenerlo alejado de las zonas más turísticas. La gran mayoría de estar personas tienen muy pocas oportunidades para integrarse en la sociedad, y ven en la chatarra y la venta ambulante su única salida. Por lo tanto, se tendrán que trasladar a otro barrio donde aún sea posible instalarse en una nave abandonada, hasta que dentro de unos años esa zona se ponga de moda o decidan construir un centro comercial, y vuelta a empezar.

HACE UNAS SEMANAS:

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HOY (13/03/2015):

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Y ahora, si queréis vomitar un poco, podéis leer los comentarios de los internautas, por decir algo, en la noticia del 20 minutos:

http://www.europapress.es/catalunya/noticia-guardia-urbana-desaloja-barcelona-solar-ocupado-30-inmigrantes-20150311095651.html

http://www.20minutos.es/noticia/2401188/0/desalojo/solar-ocupado/glorias-barcelona/

http://ccaa.elpais.com/ccaa/2015/03/11/catalunya/1426066797_397897.html

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